Alfredo Lopez Hernandez

Alfredo Lopez Hernandez was born on May 23, 1961, in Guanajuato, Mexico, where he was lovingly raised by his grandparents. During his time in Guanajuato, he met Maria, who would later become his wife. Seeking a better life, he traveled to the USA and ultimately settled in Omaha, NE, in 2001 with his brother and family.

After settling in Omaha, Alfredo married Maria, and together they created a warm and supportive home for their children: Pablo, Bryan, and Sophie.

Alfredo loved traveling with his family and visiting old friends throughout the USA. He took great joy in exploring places like Disneyland, the Grand Canyon, Las Vegas, California, Minnesota, Tennessee, and Chicago, creating cherished memories along the way.

He had a passion for working outdoors, especially with plants, and after years of hard work, he established his own business with the support of his sons, Pablo and Bryan. Alfredo was known for his thoughtfulness, wisdom, honesty, and, most notably, his stubbornness.

He cherished music and treasured spending time with friends and family, especially during Christmastime, his favorite season, as he found joy in giving gifts to his loved ones. Alfredo was always generous and never hesitated to help those in need.

He passed away on December 20, 2024, leaving behind a legacy of love, kindness, and dedication to his family and friends.

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Alfredo López Hernández nació el 23 de mayo de 1961 en Guanajuato, México, donde fue criado con amor por sus abuelos. Durante su tiempo en Guanajuato, conoció a María, quien más tarde se convertiría en su esposa. En busca de una vida mejor, viajó a los Estados Unidos y finalmente se estableció en Omaha, NE, en 2001 junto con su hermano y su familia.

Después de establecerse en Omaha, Alfredo se casó con María, y juntos crearon un hogar cálido y lleno de amor para sus hijos: Pablo, Bryan y Sophie.

A Alfredo le encantaba viajar con su familia y visitar viejos amigos en los Estados Unidos. Disfrutaba enormemente explorar lugares como Disneyland, el Gran Cañón, Las Vegas, California, Minnesota, Tennessee y Chicago, creando recuerdos inolvidables en el camino.

Tenía una gran pasión por trabajar al aire libre, especialmente con plantas, y después de años de arduo trabajo, estableció su propio negocio con el apoyo de sus hijos, Pablo y Bryan. Alfredo era conocido por su bondad, sabiduría, honestidad y, sobre todo, su carácter terco.

Le encantaba la música y disfrutaba pasar tiempo con amigos y familiares, especialmente durante la Navidad, su temporada favorita, ya que encontraba alegría al dar regalos a sus seres queridos. Alfredo siempre fue generoso y nunca dudó en ayudar a quienes más lo necesitaban.

Falleció el 20 de diciembre de 2024, dejando un legado de amor, bondad y dedicación a su familia y amigos.